Puede causar daño de muchas maneras: afectar los ojos, irritar el aparato respiratorio y agravar enfermedades cardíacas y pulmonares crónicas.
Cuando la cantidad de humo en el ambiente es abundante, cualquier persona puede sufrir alguna consecuencia, como:
• Tos
• Dificultad para respirar normalmente
• Ardor en los ojos
• Irritación en la garganta
• Secreción nasal
• Irritación de los senos paranasales
• Sibilancias
• Dolor de pecho
• Dolor de cabeza
• Ataques de asma
• Cansancio
• Latidos cardíacos acelerados
Quienes tienen más probabilidades de enfermarse si respiran el humo de un incendio forestal son los adultos mayores, las mujeres embarazadas, los niños y las personas con afecciones respiratorias y cardiacas preexistentes.
Recomendaciones:
• Si es posible, limitar la exposición al humo
• Prestar atención a los informes sobre la calidad del aire y a las advertencias de las autoridades de salud pública y defensa civil.
• Dentro del hogar, hacerlo, tratando de mantener el aire tan limpio como sea posible.
• Mantener puertas y ventanas cerradas.
• Si la casa tiene equipo de aire acondicionado, encenderlo, pero cerrando la entrada de aire exterior. Mantener limpio el filtro.
• Las personas con asma u otra enfermedad pulmonar o cardiovascular, deben tomar sus medicamentos y seguir el plan indicado por el médico para manejar los problemas respiratorios. Llamar al médico si hay agravamiento de síntomas.