Hoy les proponemos un ejercicio precioso de apertura a la fabulosa energía del Padre Sol.
La forma más básica de experimentar la energía del sol es salir al aire libre y quedarse de pie o sentado al sol.
Para recibir la energía del sol, instálate cómodamente en un lugar soleado y cierra los ojos.
Visualiza una leve neblina verde que se eleva desde el suelo y de todas las cosas vivas que tienes a tu alrededor.
Haz tres respiraciones lentas y profundas.
Cada vez que inspires, siente cómo esta neblina de energía verde fluye hacia tus pulmones y se extiende por todo tu cuerpo, aportándole una sensación de comodidad y relajación, de unidad con tu entorno.
Al exhalar, libera todas las tensiones
estrés o preocupaciones que puedas tener.
Abre tu consciencia al calor de la luz solar. Recíbela, déjala que penetre en ti. Absorbe cualquier energía que te ofrezca.
¿Qué sensaciones físicas te produce? ¿Y emocionales? ¿Y espirituales? ¿Te transmite algún mensaje?
Dedica todo el tiempo que desees a comulgar con el sol y con su energía.
Cuando hayas terminado, respira hondo
tres veces y abre los ojos. Asegúrate de estirarte y de sacudir los brazos y las piernas antes de ponerte de pie o de moverte
de forma brusca.
Reflexiona sobre pensamientos y preguntas, cualquier visión que hayas podido tener
y cualquier cosa que hayas podido entender de repente, durante la conexión.