En medio de las negociaciones, y con el futbolista abocado a la Copa América con la Selección Argentina, su futuro es todavía un misterio. La llegada de Joan Laporta a la presidencia fue una bocanada de aire fresco por haber transitado juntos el exitoso período en el que gobernó durante 2003 y 2010.
El burofax enviado por Messi para irse de Barcelona el año pasado fue el momento de máxima tensión con la dirigencia que en aquel entonces comandaba Josep María Bartomeu. El jugador finalmente no quiso hacerle juicio a la institución y decidió quedarse hasta el final de su contrato.
«Le dije todo el año que me quería ir y siempre me dijo que al final de la temporada iba a poder decidir, pero no cumplió con su palabra», había declarado la Pulga en una entrevista con Goal. La salida del presidente descomprimió la situación y encendió una luz de esperanza para la continuidad.